El juicio y la condena morales constituyen la venganza favorita de los hombres limitados en el espíritu y en el pensamiento contra quienes no quieren serlo tanto, y también una especie de compensación por el hecho de haber sido mal dotados por la naturaleza, dice Nietzsche.
Nadie está completamente libre de condenas y aún, la más estricta, la más respetable, la más "aséptica" conducta tiene sus suciedades escondidas bajo la alfombra.
LAS PALABRAS NO LES PERTENECEN A NADIE.
Son el arma y la bandera de los díscolos, de los locos y de los que nadie quiere escuchar, pero también el escudo de los poderosos, si se les permite.
(Fragmento Declaración de principios La Lupa del Tuerto)
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